Fibromialgia. Cuando la vida duele en el cuerpo


Por el Dr. Ángel García , Fecha: 02-03-2015

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La fibromialgia es una de las enfermedades que demuestran el callejón sin salida de la medicina sintomática. Las personas que le han hecho diagnostico de este padecimiento llevan mucho tiempo sufriendo de molestias en varias partes del cuerpo, son personajes que, generalmente, han realizado una peregrinación por varios centros de atención sin conseguir alivio. Estas personas tienen características muy particulares, son proclives al perfeccionismo y reaccionan a cualquier comportamiento de otros que no satisfaga sus expectativas, les gusta tener el control de todo lo que ocurre en su entorno, se molestan si no son tomadas en cuenta, incluso, en situaciones intrascendentes. El ego les martiriza y les agota de tal manera que cuando se levantan en la mañana parece que no hubiesen dormido nada, les he oído decir: “parece que me dieron una paliza”.

Estas personas tienen pensamientos fatalistas, se preocupan en exceso por lo que pueda pasarle a ellos o a familiares, no manejan adecuadamente las emociones por su labilidad afectiva y se deprimen con facilidad.
La medicina convencional había metido a la fibromialgia en el gran saco de las enfermedades Idiopáticas (desconocidas) puesto que, los resultados radiológicos y de exámenes sanguíneos tradicionales son muy escasos y no se correspondían con la sintomatología tan alarmante, especialmente por los dolores en varias zonas del cuerpo, sin embargo, últimamente se han encontrado modificaciones de neurotransmisores como la elevación de la sustancia P que facilita la conducción neural del dolor y la disminución de la Serotonina. También se ha demostrado niveles bajos de Hormona de crecimiento y cambios en el electroencefalograma de estos pacientes. Estos hallazgos influyeron en los últimos congresos de reumatología (especialidad que asumió la fibromialgia como enfermedad reumatológica) para clasificarla como una enfermedad orgánica y no de origen emocional.
El marco conceptual que utiliza la ciencia médica convencional para concluir que la fibromialgia es una enfermedad orgánica es el mismo que aplica para abordar todas las enfermedades, en este caso, como en todas las patologías de curso crónico, la medicina oficial proyecta la ceguera de su limitada ciencia, enfocada en lo exclusivamente biológico, lo cual le impide descubrir la verdad que existe detrás de todas estas enfermedades.
No hay síntoma que hable más de la historia humana que el dolor. La medicina convencional ha despojado al dolor de su ropaje humano y lo ha convertido en un dato frio e impersonal. Decir que una patología como la fibromialgia, que tiene el dolor como síntoma fundamental, es básicamente una enfermedad orgánica porque modifica la bioquímica interna, es igual a decir que el enamoramiento es un defecto bioquímico porque aumenta las endorfinas y la serotonina.
Al ver el dolor como un dato estadístico lo despojamos de la experiencia que es justamente donde se origina. Las circunstancias que generan malestar modifican el componente eléctrico del organismo y reduce la circulación de las zonas comprometidas que, dicho sea de paso, están relacionadas en el inconsciente con la situación vivida, con el tema conflictuado en la experiencia. Estas modificaciones eléctricas y circulatorias son los principales activadores del dolor. Hemos demostrado, tanto en consulta como en las actividades colectivas, cómo cuando descubrimos la experiencia involucrada en el inicio del dolor y la recomponemos con estrategias adecuadas de reprogramación mental, el dolor inmediatamente disminuye, y en algunos casos desaparece.
Cuando las personas afectadas logran relacionar lo que sienten en el cuerpo con las experiencias sufrientes y se ganan para modificar, positivamente, la manera como han venido reaccionando a diversos escenarios en su vida personal, mejoran su mundo de relaciones y consiguen empoderarse sobre sí mismas. El trabajo fundamental es enseñarles a identificar los patrones mentales viciados que les llevan a reaccionar inapropiadamente a situaciones de la vida cotidiana. Ese trabajo no es tan sencillo al principio puesto que, dichos patrones mentales están sumamente engrasados en las conexiones neurales del cerebro, y funcionan como programas mentales automatizados que generan desdicha permanente, de manera inconsciente, y el cuerpo las registra como molestias que a la postre se convierten en toda una enfermedad (fibromialgia).
El gran sentido que tiene la vida es lograr salir del sufrimiento, y las molestias en el cuerpo son la brújula perfecta para identificar la estructura a través de la cual armamos nuestras desdichas. El cuerpo no genera nada por cuenta propia, esta es la razón por la cual jamás verán a un retrasado mental con fibromialgia.
Es lamentable ver personas cargando con el fardo de un diagnostico crónico dependiendo de fármacos que no resuelven y que, por el contrario, le hacen más pesada la vida, con el agravante de que jamás se darán cuenta que su cuerpo es su gran aliado. Estas personas continúan con historias sufrientes sin sanar, con memorias de relaciones insanas que siguen repitiendo, siguen atrayendo los mismos personajes a sus vidas con diferentes rostros. Los semejantes se atraen.
La manera inconsciente en la que se ha conducido esta civilización nos ha llevado a cosificar la vida a tal punto que algo tan humano como el dolor lo hemos convertido en una cosa. Se ignora que el cuerpo es un vehículo de información, al igual que un monitor de computadora. La estructural mental materialista impide que nos descubramos a través del cuerpo y que descifremos el acertijo de los códigos que usa la conciencia profunda para informarnos sobre nuestras necesidades evolutivas.
El sueño en el que vive la inmensa mayoría le impide ver la verdad detrás de la sincronía de cada experiencia y la manera como su ser esencial le informa de todo lo que sucede en su vida a través de hechos, aparentemente fortuitos, la desidia colectiva de la matrix impide atender lo más importante de lo más importante, LA CONCIENCIA.
Es infame que la medicina siga al servicio de las políticas leoninas de las trasnacionales que manejan las organizaciones que dictaminan las pautas de la atención médica mundial. No hace falta ser un erudito para darse cuenta que la medicina oficial dejó de ser humanitaria para convertirse en una estructura que funciona en virtud de intereses que, en lo absoluto, tienen que ver con el dolor humano.



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Dr. Ángel García Montero
Con más de 25 años de práctica médica y más de 15 años de investigaciones científicas, el Dr. García plantea que el cuerpo no enferma sin la participación de la Conciencia y que todo abordaje terapéutico debe realizarse de forma integral la química del cuerpo físico, el patrimonio energético y por supuesto, La Conciencia.

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