Yo Cuántico: Nuestro Doble Energético ll
Ángel Eduardo García M., Fecha: 07-06-2015
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Estamos en tiempos muy interesantes y esclarecedores. Actualmente vivimos el final de un gran ciclo galáctico de 25.920 años conocido por las civilizaciones antiguas. Los descubrimientos del físico Francés Jean Pierre Garnier Malet sobre el Desdoblamiento del tiempo son realmente reveladores, este científico plantea que este gran ciclo de 25.920 años es un período de desdoblamiento del tiempo. En el año 2006 el comité científico de la revista American Institute of Physics de Nueva York, validó esta teoría, la cual permitió explicar y predecir la llegada de planetoides al sistema solar.
La utilidad de la teoría del desdoblamiento del tiempo para pronosticar el movimiento y aparición de grades cuerpos como los planetoides conlleva a pensar que las impecables leyes descubiertas por la física cuántica, la física que estudia el mundo de lo invisible, también son aplicables a los grandes cuerpos. Esta teoría plantea que el tiempo es continuo pero que posee momentos imperceptibles, a los que Garnier Malet llama “aperturas temporales”, las cuales permiten el intercambio permanente de la información de todos los tiempos, el pasado con el futuro o del futuro con el presente. Lo realmente maravilloso que trae los descubrimientos de este insigne científico es el beneficio que se consigue al implementarlos en la vida diaria para lograr hacer de esta existencia una experiencia transformadora y luminosa.
En cada instante presente tenemos momentos imperceptibles, en esos ínfimos instantes creamos un futuro potencial que queda grabado en el cerebro para luego materializarse. Lamentablemente la información que se mantiene gravitando en nuestra mente, generalmente, está determinada por información condicionada por nuestros programas, creencias y patrones mentales viciados los cuales empujan los datos que se filtran en estas aperturas temporales, estos datos son los que utiliza nuestro doble energético para cristalizar, en esta dimensión, la vida que se va a realizar, la información que más ha gravitado en la mente durante el día es la que casi siempre queda suspendida en la mente al dormir en la noche y en la fase del sueño de mayor actividad cerebral (sueño paradójico) es donde el Yo cuántico ejecuta la elección de la vida a seguir a partir del próximo día.
La física Cuántica plantea que el mundo es un universo de probabilidades, en el gran campo cuántico solo existen ondas de posibilidades que solo emergen a la superficie de la realidad visible cuando son traídas por la conciencia.
Entender, a partir de los nuevos conocimientos, que tenemos un doble ondulatorio (energético) que tiene la posibilidad de estar en contacto con todos los futuros potenciales que podemos vivir es alucinante y maravilloso al mismo tiempo, sobre todo si es posible la comunicación con este otro yo para materializar un futuro potencial de mayor plenitud y menor sufrimiento.
Cualquier cosa se puede lograr poniendo en práctica la comunicación limpia y fluida con el Yo cuántico, desde curar una enfermedad hasta resolver una situación conflictiva. Sólo es necesario cuidar los pensamientos y especialmente estar alerta con qué situaciones del pasado y presente nos conectamos durante el día, puesto que los escenarios con los que se conecta nuestra mente, en las horas de vigilia, son los que traen la información que se cuela en las “aperturas temporales” para continuar reproduciendo las realidades subsecuentes de la vida. Todo lo que nos sucede en la vida lo hemos hecho ayudados por nuestro doble puesto que la realidad siempre mantiene su doble propiedad, energética y corpuscular.
Es importante aclarar que este doble energético no se refiere al cuerpo astral o al cuerpo etérico los cuales sirven de pasadizos de información al cuerpo físico, está más allá de los cuerpos conocidos, es sencillamente la parte cuántica de nuestro ser que emite una mónada cuántica (fractal) que ejecuta la vida en esta dimensión, esta mónada es la que aparece y desaparece con la rueda de reencarnaciones, el Yo cuántico no desaparece.
En la tradición religiosa se dice que estamos hechos a imagen y semejanza del creador, esta afirmación es un poco difícil de creer cuando la inmensa mayoría de los seres humanos desgastamos la vida en dramas individuales y colectivos donde prevalecen las bajas pasiones que empobrecen la vida como la envidia, el egoísmo, la maledicencia, la injusticia, la deshonestidad, etc. El Yo cuántico si sería la imagen y semejanza del creador puesto que en la dimensión donde él habita no existen las limitaciones que vemos en la vida del territorio de las partículas hechas cuerpos humanos.
Es importante tener en cuenta que el cuerpo debe estar lo suficientemente hidratado a la hora de ir a la cama por la noche, puesto que el intercambio de información usa los cristales de agua como vehículo para inscribirse en la memoria de las células. El empastamiento de toxinas en el cuerpo dificulta el flujo de la nueva información que nos viene desde el Yo cuántico, de allí la importancia de mantener el organismo con la menor cantidad de toxinas posible.
También es sumamente importante el espíritu de benevolencia en el que se debe hacer la comunicación puesto que la manifestación de lo que pedimos a nuestro doble se hace más fácil en la medida en que más personas salen beneficiadas, cuando los objetivos son buenos para nosotros y para otros la energía del Yo cuántico fluye con mayor naturalidad que cuando el beneficio es muy exclusivo del que pide. La condición divina del Yo cuántico es la misma condición de la divinidad universal que ve en el servicio y el beneficio a muchos como la esencia de la realización.
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Dr. Ángel García Montero
Con más de 25 años de práctica médica y más de 15 años de investigaciones científicas, el Dr. García plantea que el cuerpo no enferma sin la participación de la Conciencia y que todo abordaje terapéutico debe realizarse de forma integral la química del cuerpo físico, el patrimonio energético y por supuesto, La Conciencia.
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