El Cáncer es curable II
Por el Dr. Ángel García, Fecha: 26-10-2014
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En la mayoría de la personas que se enferman de cáncer existe una constante, son personas que han vivido en buena parte de su historia dedicadas a complacer a otros: La mujer que ha consagrado todo su tiempo a atender las necesidades del esposo, la madre que se ha dedicado exclusivamente a los hijos, la hija que se ha ocupado de atender a su madre sin desarrollar su propia vida, el trabajador que se ha entregado por entero a su trabajo, etc.
En estas personas tarde o temprano se presentará un conflicto interior producto de la infravaloración personal en la que han vivido buena parte de sus vidas. En este sentido el cáncer no es más que un llamado de la mente profunda (Alma) para que vuelvan la mirada a la única verdad de la existencia, la propia conciencia.
No es tan fácil que un ser humano que ha estado toda su vida con patrones de referencias externas, pendiente de lo que ocurre fuera de sí, y sintiéndose víctima de los demás, entienda que para poder cambiar su historia, y con ella el curso de la enfermedad, debe comenzar a vivir con patrones de pensamientos y percepción hacia el interior, que debe preguntarse qué ha ocurrido en el escenario del campo intimo, que la desdicha como la felicidad es un fenómeno absolutamente individual, nadie afecta a nadie, y entender, de una vez por todas, que la enfermedad es un mensaje que debe descifrar para bien de su mente y de su cuerpo.
Lo cierto es que cuando la persona entiende que debe girar la atención hacia sus propias necesidades internas se logra un impacto positivo en los sistemas que preservan la vida. El primer sistema en reactivarse es el sistema inmunológico, los dispositivos neuroquímicos se potencian y puede ser el inicio de la verdadera curación, sin embargo, revertir una enfermedad de alto riesgo precisa de una autentica transformación de la vida.
No se logra una sanación sin un cambio real de percepción de los mecanismos mentales que sirvieron de caldo cultivo para la generación de la enfermedad, ya lo decía Einstein: “LOS CONFLICTOS ENCUENTRAN SOLUCIÓN EN UN NIVEL SUPERIOR AL QUE SE PRODUCEN”
El cuerpo humano es el único escenario material donde la conciencia inscribe sus mensajes, lamentablemente la visión mecanizada del determinismo biológico nos ha creado el vicio mental de pensar que la enfermedad es un proceso destructivo que tenemos que combatir a toda costa como a un enemigo. Este vicio mental producto del defenestrado materialismo creó la costumbre de ver al cuerpo como una maquina autónoma hecha de partes que pueden ser sustituidas o echadas a andar exclusivamente a través de sustancias o instrumentaciones invasivas.
La mayoría de los médicos reconocen que cuando una persona pasa por un susto es normal que el corazón se contraiga con mayor rapidez o cuando una persona vive en estrés mantenido se afecte el intestino, sin embargo, a la hora de analizar enfermedades de alto riesgo como el cáncer saca a la mente de la ecuación, increíble pero cierto. Las enfermedades de alto riesgo como el cáncer son las que más están ligadas a los fenómenos de la conciencia, sacar a la mente de las estrategias terapéuticas es comprar fracaso en prepago.
Aún existe la ilusión de que la quimioterapia cura. Las personas que hacen remisión de la enfermedad lo logran a pesar de la quimioterapia, esta técnica terapéutica es el gran sinsentido de la medicina.
El Dr. Hamer de Alemania plantea que el 30% de los tumores cancerígenos operados son viejos cánceres no peligrosos. Si este 30% es sometido a quimioterapia una parte de estos pacientes sufrirá un nuevo conflicto por el miedo a la quimio y sus consecuencias y, seguramente morirán, pero aquellos que no responden a las consecuencias de la quimioterapia con trauma psicoemocional sobrevivirán, de tal manera que la diferencia que hace la diferencia entre morir o vivir no es la quimioterapia sino las expectativas del paciente. Aquí se cumple una de las reglas de la mente de la Programación Neuro Lingüística, “lo que se espera tiende a hacerse realidad”.
En MEDICINA DE LA CONCIENCIA privilegiamos la historia personal de la persona enferma puesto que es allí donde se encuentran los disparadores de la enfermedad, desactivando estos disparadores se desactiva el circuito que provoca la pérdida del patrimonio eléctrico celular como lo dijimos en la entrega anterior, solo así se puede garantizar la recomposición del campo electromagnético celular lo cual recompone el flujo normal de energía vital que conlleva a la disolución de los tumores. Este proceso precisa de un empoderamiento de la persona enferma, para lo cual es necesario que la misma vuelva su atención hacia sí misma, transformando la infravalorización en valorización autentica de su vida, de su Ser y de su individualidad como conciencia única, esto se logra teniendo momentos a solas de manera contemplativa, dejando que se diluyan las sensaciones incomodas producto de patrones reactivos. También es importante romper con los comportamientos repetitivos y crear momentos de calidad como caminar por la playa o montaña en contacto con la naturaleza, reunirse con personas saludables y positivas y hacerse de la guía de un buen orientador terapéutico que tenga conocimientos sobre los procesos mente cuerpo.
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Dr. Ángel García Montero
Con más de 25 años de práctica médica y más de 15 años de investigaciones científicas, el Dr. García plantea que el cuerpo no enferma sin la participación de la Conciencia y que todo abordaje terapéutico debe realizarse de forma integral la química del cuerpo físico, el patrimonio energético y por supuesto, La Conciencia.
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